Algo de mí

Simplemente... Susana...

Soy de esas que llaman de la generación X.  Así, que según dicen, he visto y he vivido de todo. O casi todo. Habladurías.
Contradictoria. Crecí  escuchando a Silvio Rodríguez y a los Chunguitos.  Devoré a Gibrán y a Stephen King. A Torrente Ballester y a Agatha Christie.
Pasional. Canté la Internacional hasta quedarme afónica y defendí mis ideales como si me fuera la vida en ello, sin miedo, a voz en grito.
Me  enamoré. No una vez, ni dos. Unas cuantas.  Vi morir a mi primer amor por algo que llamaban caballo. Perdí al segundo, aunque no para siempre. Y en cuanto al tercero, dicen que no era nuestro momento. A los demás, no los recuerdo.
Fui una macarra de los ochenta para pasar a ser una niña mona de los noventa. Era rebelde, aunque por las noches soñaba con el príncipe azul; pero nunca lo confesé. Jamás. Era demasiado dura para hacerlo.
Estudié, trabajé, viajé. Residí aquí y allí. Viví.
Con el tiempo dejé de escuchar a los Chunguitos, aunque conservé mi pasión por Silvio, pasé a ojear a Gibran y a relegar a King. Hace siglos que no leo a Torrente Ballester.   Aunque nunca dejé de leer. Todo. O casi todo. Sobre todo a Christie, a quién le sigo siendo fiel.  Mis ideales continuaron viviendo en mí, pero dejé de clamar por ellos.  Como ya no era macarra, ni niña mona, pasé a ser hippie, luego fashion. Después nada. Llegó un momento en que preferí un polvo de vez en cuando porque la palabra amor se me había vuelto hueca. *
El mundo siguió girando y, de repente, se paró en mi pasado. Aquel segundo amor apareció de nuevo. Vino del lugar al que los antiguos denominaron el fin del mundo. Y me llevó con él.  Harta de la inmunidad que me estaba carcomiendo los huesos, me arriesgué a darme un golpe; pero no me lo di. *
Cambié de vida. De paisaje. El polvo de mi tierra por el mar del oeste.  Hasta tengo un hijo. Y dos hijastros. Para mi cumpleaños me he pedido un perro, para que le haga compañía a mi gato. Soy caótica, maniática y obsesiva. Impulsiva. Entendí que el mundo no perdona a una mujer que no se calla, pero aún no lo he aprendido del todo.
Me encanta dedicarme a mis cuentas y a mis cuentos. Amante de la historia, se que en otro vida fui Leonor de Aquitania. Soñadora.
Bailo. Sobre todo. Siempre.
Y nada más. Por el momento.

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